Esta información sobre bioindicadores del suelo no la encontrarás fácilmente en internet. Se basa en los trabajos de Gérard Ducerf durante décadas acerca del análisis de suelos y la relación con las malas hierbas que crecen en él.
Estas malas hierbas no son más que un reflejo del estado del suelo y su evolución. Nos ofrecen una información muy relevante al respecto. En agricultura ecológica se considera que las plantas sanas crecen en suelos sanos, y se presta mucha atención a la salud del suelo. Conocer la información que nos aportan estas plantas bioindicadoras es fundamental.
La confusión cuando empiezas a hacer huerto
Si ya has buscado información para empezar un huerto, te has enfrentado en internet a información muy variada y con frecuencia contradictoria acerca de qué es mejor hacer. En muchos casos la información que has encontrado defiende una forma de hacer huerto por encima de cualquier otra. Labrar o acolchar el suelo son dos ejemplos de esto. Generalmente cuando esto sucede es porque se presta poca atención al diseño del huerto, o se atiende a las necesidades de las hortalizas como si estuvieran desconectadas del suelo donde crecen.
La verdad es que el suelo está en continua evolución, y lo que unas veces irá bien, en otros casos es contraproducente y empeora la fertilidad del huerto. Las malas hierbas que abundan en una zona u otra del huerto ofrecen una información valiosa como bioindicadoras para saber qué gestión concreta es mejor en cada momento y ayuda a planificar las rotaciones de cultivos. En huerto Slow las plantas bioindicadoras del suelo tienen una gran importancia.
Esto puede parecer complicado, pero en realidad es muy sencillo si se tiene la información a mano. En esta web puedes consultar muchas de estos bioindicadores del suelo para saber qué hacer en cada caso. También tienes la información en youtube.
Estado del suelo: las plantas como bioindicadores
A partir de la información que nos proveen las plantas bioindicadoras, podemos clasificar los suelos de tres maneras:
Suelos equilibrados
En un suelo equilibrado el complejo arcillo húmico (CAH) está sano, el drenaje es bueno y hay minerales suficientes para que las plantas crezcan sanas y fuertes. Puedes plantar de todo y bien. El llantén menor es uno de los bioindicadores de que el suelo reúne estas condiciones.


Suelos desequilibrados
En un suelo desequilibrado no se dan las condiciones ideales para obtener la máxima fertilidad del suelo, y en algunos casos esto puede afectar de algún modo a nuestros cultivos. Pero un suelo desequilibrado reúne las condiciones para sanarse por sí solo. Naturalmente qué y cómo plantemos en el huerto interfiere en este proceso de recuperación de la fertilidad. Afortunadamente los mismos hierbajos qué nos dicen cómo está el suelo son los que nos dicen cómo podemos ayudar a que se equilibre plantando las hortalizas adecuadas o haciendo la gestión oportuna. La artemisa común es una de estas plantas que señalan que el suelo está desequilibrado. La ortiga es otra.









Suelos muy desequilibrados
Cuando el suelo está muy desequilibrado el CAH está desestructurado. Esto significa que aunque haya minerales para nutrir a las plantas, éstas no pueden aprovecharlos y esto se traduce en cultivos muy sensibles a las plagas y las enfermedades y con una producción modesta. Quizá se trata de suelos contaminados de algún modo por exceso de abono industrial, o con mal drenaje, déficit de materia orgánica o cualquier otra causa. Prestar atención a las malas hierbas que crecen nos señala el problema concreto y la intervención necesaria para restituir la salud al suelo.
En el caso de suelos muy desequilibrados nuestra intervención es imprescindible, porque las condiciones que reúnen impiden que se sanen por sí solos. Y en ocasiones las intervenciones oportunas serían contraproducentes en un suelo sano o en un suelo desequilibrado. Cuando hay un exceso de materia orgánica, acolchar empeora la situación. Cuando hay determinados procesos anaeróbicos en el suelo, no labrar perpetúa el problema. Por ejemplo la lengua de vaca (Rumex crispus) es un indicador de suelos muy desequilibrados, y tiene una presencia creciente en muchos campos de cultivo. La cola de caballo (Equisetum spp.) o el Sorghum halepense también indican suelos muy desequilibrados.







Diagnóstico del suelo con bioindicadores
El suelo como ecosistema es el resultado de las condiciones que reúne. Para que los bioindicadores del suelo te muestren una información relevante acerca de una zona del suelo en tu huerto es necesario que aparezcan abundantemente. Una planta por metro cuadrado no indica nada, cincuenta plantas en el mismo metro cuadrado te ofrecen una información muy precisa sobre el estado del suelo.

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