El vermicompostaje en invierno está sujeto a reglas de funcionamiento distintas a las del resto del año. Cuando los vermicompostadores se encuentran con las primeras heladas en los climas templados y fríos, donde antes había un funcionamiento normal de las lombrices californianas, es frecuente ver cómo todo se estropea y perdemos lombrices e incluso el humus que ya se había formado.
La importancia del vermicompostador
El vermicompostador es el recipiente en el cual las lombrices rojas (Eisenia foetida) llevan a cabo su tarea de transformación del residuo orgánico en humus de lombriz, un abono de gran calidad para plantas y hortalizas.
Cuando se trata de un recipiente bien aislado, puede resistir mejor los climas fríos, pero aún así las heladas de la madrugada pueden afectar negativamente a las lombrices. Idealmente un vermicompostador bien diseñado debería impedir al menos que en el interior se alcancen temperaturas por debajo de 0ºC.
Lombrices de compostaje a 0ºC
A 0ºC Las lombrices de la vermicompostera simplemente mueren por congelación. Cuando esto sucede el vermicompostador queda inutilizado y es necesario aportar nuevas lombrices para reemprender la producción de humus de lombriz. Los alevines y los huevos de las lombrices también mueren.
Lombrices de compostaje a menos de 12ºC

A esta temperatura las lombrices van a entrar en letargo. Apenas se mueven o lo hacen muy lentamente. La actividad reproductiva se interrumpe y los alevines en crecimiento pueden llegar a morir.
Esto no es malo para el vermicompostador, a no ser que continúes aportando regularmente restos de la cocina para transformarlos en abono. Cuando esto sucede el residuo no es consumido por las lombrices aletargados, y como que la temperatura es similar a la de la nevera lo que aportes se descompondrá muy lentamente. El problema aparece cuando llega el buen tiempo. Aunque las lombrices empezarán a comer, no podrán comer toda la materia orgánica presente de una vez, por lo que ésta empezará a descomponerse liberando ácido láctico que puede modificar mucho el PH del sustrato de las lombrices. Además espontáneamente se producirá un proceso de termocompostaje, o peor aún de putrefacción, lo cual es muy perjudicial para las lombrices. Lo normal en estos casos es que las lombrices acaben muriendo en su mayoría y que el humus de lombriz que ya estaba formado se estropee.
Por estas razones a menos de 12ºC no puede usarse el vermicompostador y hay que elaborar compost mediante el termocompostaje. El vermicompostaje en invierno en clima templado o frío al exterior y con heladas no es viable.
Lombrices de compostaje a menos de 18ºC
A estas temperaturas las lombrices no se van a reproducir pero siempre que estén por encima de 12ºC van a alimentarse normalmente transformando nuestro residuo orgánico en humus de lombriz.
Para vermicompostadores que empiezan y que no poseen un gran cantidad de lombriz californiana es muy importante asegurar que en todo momento el vermicompostador se encuentra por encima de 12ºC.
Para ello podemos usar un termómetro de máximas y mínimas. También servirá un termómetro de compostaje para tomar la temperatura en momentos concretos. Aunque otra manera de saber directamente qué está sucediendo es observar si cada día comen la cantidad de alimento que aportamos, aplicando la regla de no aportar más de la mitad del peso de las lombrices. Si observamos que no transforman todo el residuo es debido a que la temperatura baja de 12ºC en la madrugada.
Las alternativas para el vermicompostaje en invierno
Todos los problemas derivados del vermicompostaje en invierno desaparecen si podemos tener el vermicompostador dentro de casa o en un espacio con una temperatura confortable. En estos casos la regla es que si es confortable para nosotros, lo es para la lombriz roja y además hará que reanude la actividad reproductiva.
La otra alternativa es pasar el invierno haciendo termocompostaje.
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