Compost

El compost es el resultado de reciclar de forma natural los restos vegetales del huerto, el estiércol y el residuo orgánico de la cocina. Es un abono natural que contribuye a crear suelo fértil, fundamental para obtener buenos cultivos.

Hacer tu propio compost es el primer paso para un huerto ecológico que produzca hortalizas sanas y fuertes.

Y es asumir tu responsabilidad sobre el residuo orgánico que generas cada día en la cocina.

Por estas dos razones el compostaje es un contenido presente en cualquier curso de permacultura.

El ciclo de la materia

En la naturaleza todos los materiales se ciclan y se transforman de forma natural a través de distintos procesos. El humus del bosque es la base de los ecosistemas estables de bosque y se forma con la transformación de la hojas que caen cada año y otros materiales que se depositan en el suelo.

Cuando hacemos compost replicamos estos procesos de distintas formas para formar un material muy parecido al humus, que es la base de la fertilidad del suelo. Si en agricultura ecológica se considera que el suelo sano equivale a plantas sanas, el compost es uno de los pilares de esta buena salud. No obstante es importante saber que el compost tiene características distintas según su madurez o nivel de estabilización de la materia orgánica. Y esto influye de distintos modos en los distintos tipos de suelo.

Entre otras cosas el compost aporta materia orgánica, que es indispensable para un funcionamiento saludable del intercambio de nutrientes presentes en suelo y las plantas. Esta materia orgánica se consume a un ritmo medio del 2% en suelos normales. En el suelo del huerto, donde forzamos la producción de hortalizas para nuestro beneficio, este consumo de la materia orgánica del suelo es aún mayor y de ahí la necesidad de aportar compost periódicamente.

Tipos de compost y compostaje

Llamamos compostaje o compostación al proceso de transformación de la materia orgánica que llevemos a cabo.

Si bien se habla de compost en general, puede ser muy distinto según el proceso de compostaje con el cual se obtiene. A grandes rasgos existen dos grandes tipos de compostaje: el termocompostaje y el vermicompostaje, también conocido como lombricompostaje. Cada uno de estos procesos pueden realizarse mediante técnicas que reciben otros nombres pero que en esencia es uno de estos dos procesos. El compostaje industrial es un proceso de termocompostaje. Y el compost en montón es una técnica tradicional también de termocompostaje.

Montón de compost en fase de fermentación
Cualquier pila de materia orgánica se composta espontáneamente. En la imagen se puede apreciar la humedad que desprende el termocompostaje.

Por otro lado en ocasiones se distingue entre compost y compost orgánico o ecológico. Esta distinción se hace en base al origen de los residuos compostados. En el caso del compost ecológico se busca que no estén contaminados por productos que pueden venir con el estiércol o con los restos vegetales a compostar.

Una duda frecuente acerca del compostaje es si se trata de un proceso molesto o que produzca malos olores. Es importante señalar que el compostaje no es un proceso de putrefacción, y si se realiza adecuadamente no es molesto en ningún caso. Si produce malos olores o hay presencia de moscas es porque debemos mejorar la forma en que lo estamos haciendo. Este artículo quiere ayudarte si es tu caso.

El termocompostaje

Es el proceso de transformación de la materia orgánica en compost en dos fases. En una primera fase intervienen hongos y bacterias. En una segunda fase un grupo más diverso y específico de microorganismos junto con fauna auxiliar contribuyen a la estabilización de la materia orgánica.

Estas dos fases distintas de compostación se conocen como fase de fermentación y fase de maduración.

La fase de fermentación

La fase de fermentación se produce en primer lugar y la llevan a cabo hongos y bacterias. Para que se produzca espontáneamente necesitamos un volumen mínimo de materia orgánica a descomponer. Cuanto mayor es el volumen, más rápida será la descomposición, porque estos hongos y bacterias son más eficientes en entornos más calientes. Por esta razón según el rango de temperatura que alcance el montón de compost se habla de termocompostaje criófilo, mesófilo o termófilo.

Dependiendo de la relación de materiales ricos en carbono (C) o nitrógeno (N) la fase de fermentación puede durar de dos a seis semanas.

La fase de maduración

En la fase de maduración todavía intervienen microorganismos pero aparece mucha fauna auxiliar que forma un pequeño ecosistema en el montón de compost. Al contrario que la fase de fermentación, durante la maduración el proceso de transformación no desprende calor y la rapidez con que se estabilice la materia orgánica dependerá de la temperatura ambiental. Por eso en clima caluroso o durante el verano el compost madura más rápido que durante el invierno o en climas fríos.

El nivel de estabilización de la materia orgánica en el montón de compost es muy relevante en el compost para huerto o para jardinería, porque muchas hortalizas y ornamentales son afectadas negativamente por el compost poco maduro.Un compost poco maduro puede ser perjudicial para numerosos cultivos como por ejemplo el apio. En cambio otros como la alcachofa toleran bien el compost fresco o poco maduro.

En cualquier caso distinguiremos siempre entre compost fresco, joven o poco maduro, compost maduro, y compost muy maduro cuando es de más de un año.

El compost fresco se caracteriza por contener muchos nutrientes para el suelo, y muchos microorganismos.

El compost maduro contienen muchos menos nutrientes y microorganismos, y se está humificando, lo que significa que contribuye a incorporar materia orgánica en el suelo y favorecer que lo microorganismos del suelo pongan los nutrientes al alcance de nuestras plantas.

En cuanto al compost muy maduro es indicado para regeneración de suelos arcillosos o para acolchado, pero cuanto más viejo más posibilidades hay de que se fosilice y deje de ser útil para nuestras plantas.

El vermicompostaje

El vermicompostaje o lombriciompostaje es el proceso de transformación de la materia orgánica vegetal mediante lombrices del género Eisenia spp. En realidad el compost resultante es un estiércol de materia orgánica estabilizada. Comercialmente se conoce con el nombre de humus de lombriz,y a efectos de compost tiene el mismo funcionamiento que el humus, con la ventaja de que además tiene muchos microorganismos y nutrientes como el compost joven.

Material mínimo necesario para elaborar compost

El termocompostaje es un proceso que se produce de manera espontánea si no existen condiciones que favorezcan el deterioro del proceso hacia una putrefacción. En el compostaje en montón, el material mínimo necesario es disponer de la materia orgánica a transformar, mezclando a partes iguales materiales ricos en carbono (paja, hojas secas y materiales orgánicos secos en general) y materiales ricos en nitrógeno (restos orgánicos de la cocina o estiércol).

En cambio el vermicompostaje precisa de algunos elementos y condiciones específicas aparte de la materia vegetal si se quiere llevar a cabo con éxito.

¿Es necesario un compostador?

El compostador o compostera es en líneas generales un recipiente dentro del cual producimos el proceso de compostaje. Para el termocompostaje no es imprescindible, y para el vermicompostaje sí lo es. En el caso del vermicompostaje el recipiente recibe el nombre de vermicompostador, compostador urbano o compostera urbana.

¿Qué influencia tiene en el proceso de compostaje? Si las paredes del compostador retienen bien el calor del montón de compost, el proceso de termocompostaje se realiza con un volumen menor de material. Esto sucede incluso con compostadores pequeños como los de 210 lts.

Hay compostadores comerciales de muchos tipos, pero es muy fácil fabricarse una compostera casera. Los compostadores autoconstruidos generalmente aprovechan madera de palets. Para los vermicompostadores hay más variedad, y es fácil hacerse un vermicompostador reciclado.

En cualquier caso, para el uso de un compostador de termocompostaje hay que seguir las cuatro reglas básicas: debe ir directamente sobre el suelo, hay que aportar material a partes iguales y bien mezclado, y hay que controlar la humedad.

¿El compost en montón y el de un compostador son iguales?

La respuesta es sí. El compostaje en montón o compostaje en pila es el más antiguo y “natural”, pero en el proceso intervienen los mismos microorganismos, fauna y factores. En realidad el compostaje siempre se produce en un montón, sea al aire libre o dentro de un recipiente.

Espacio necesario para el proceso de compostaje

En el caso del termocompostaje es suficiente cualquier espacio en el que quepan los desechos orgánicos a compostar. Idealmente este espacio debe ser al aire libre y preferentemente directamente sobre el suelo para favorecer la evacuación de los lixiviados.

En el caso del vermicompostaje depende de la cantidad a compostar.

Ubicación ideal

En el caso del termocompostaje, las características del proceso hacen que sea favorable ubicarlo en determinados lugares del huerto.

Desde una perspectiva de permacultura tener un compostadero o lugar específico para hacer el compost tienen menos ventajas que mover la ubicación para el compostaje construyendo nuevos montones de compostaje en lugares distintos cada vez.

En el caso del vermicompostaje, es necesaria una ubicación con poco contraste térmico para favorecer la actividad de las lombrices, muy sensibles a las temperaturas extremas. Pero si el vermicompostador aísla bien a nivel térmico cualquier ubicación nos servirá.

Efectos adversos del compost

En determinadas condiciones del suelo la aportación de compost puede cronificar posibles desequilibrios del suelo y tener un efecto indeseable sobre los cultivos.

Es especialmente importante señalar que la aportación de compost con abundante materia leñosa poco descompuesta puede provocar en el suelo el efecto conocido como “hambre de nitrógeno”, que roba del suelo los nutrientes necesarios para los cultivos.

A este nivel y para saber en qué casos es contraproducente es interesante estar atento a las plantas bioindicadoras que crecen en el suelo.

¿El compost se te resiste?

Hacer compost es como ir en bicicleta. Al principio puede ser complicado mantener el equilibrio y no caerse, pero con ayuda una vez aprendes ya sabes hacerlo para toda la vida.

Si piensas que necesitas ayuda, podemos ayudarte.

Efectos beneficiosos del compost

En líneas generales el compost aporta al suelo:

  • materia orgánica
  • microorganismos
  • nutrientes
  • regulación del PH, subiéndolo o bajándolo según el caso.

A nivel de mejora de suelo es importante destacar que el compost fresco es el más indicado para suelos arenosos y el compost maduro para suelos arcillosos.

¿Cuánto tiempo tarda en hacerse?

El tiempo de transformación de la materia orgánica depende del volumen y es complicado responder a la pregunta de cuánto tiempo tarda en estar hecho el compost. Interviene la importancia de la maduración del compost para el uso que queremos darle, y también intervienen los materiales que componen el montón a descomponer.

En el caso del termocompostaje el proceso natural y espontáneo dura un mínimo de tres meses en verano. Este proceso puede acelerarse mediante técnicas específicas como el volteo periódico o la técnica del compost bokashi.

En el caso del vermicompostaje existe una relación entre el volumen de lombrices y el volumen de materia vegetal a compostar. Según esta relación el vermicompost puede estar listo en unos días o tardar más tiempo.

Almacenaje y uso

El compost puede guardarse hasta su uso teniendo en cuenta los siguientes factores:

  • la presencia de microorganismos en el compost es deseable y hace que se comporte como un ser vivo. Consume oxígeno, exhala CO2 y esto hace que sea inadecuado guardarlo en espacios sin ventilación, donde además aporta mucha humedad al ambiente. Tener el compost en garajes o vehículos cerrados es una mala idea.
  • estos mismos microorganismos van pereciendo con el tiempo. Un compost de meses tendrá más microorganismos que un compost guardado durante años.

En cualquier caso como regla general es buena idea usar el compost cuando se cosecha, y si no va a usarse inmediatamente dejarlo donde se ha compostado hasta el momento de su uso. Otra práctica a tener en cuenta es compostar directamente allí donde plantaremos, como parte de la rotación de cultivos del huerto.

Sobre el uso, depende de la intención con la que va a utilizarse. Algunas técnicas de permacultura y agroecología llegan a cultivar directamente en montones de compost. En otros casos técnicas como el compost templario aprovechan el proceso de termocompostaje en el interior de camas de cultivo o bancales elevados.

Como regla general de referencia, la cantidad mínima de compost que se aporta es de 0,5 kg por m2.

Y es importante señalar que guardar el compost durante más de un año hace que evolucione y pierde las propiedades beneficiosas que tiene ara el suelo.

El compostaje doméstico

Compostaje doméstico o autocompostaje es el nombre que recibe la implantación del compostaje desde la administración local con el objetivo de reducir el volumen de residuos domésticos que acaban en incineradoreas o vertederos de residuos.

Hacer compost en casa es muy sencillo y en estos casos se persigue que hasta el 40% del residuo doméstico (el orgánico de la cocina) y todo el residuo del jardín o el huerto se puedan transformar en el propio domicilio, sin que esto suponga un sobrecoste a la gestión pública de las basuras, y con el beneficio medioambiental evidente que representa.

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